Esta receta combina la suavidad del pollo con el relleno cremoso de mozzarella y el sabor intenso del pesto, asegurando que la pechuga de pollo quede jugosa.
4 Pechugas de Pollo sin hueso ni piel
100 g de Mozzarella fresca o rallada
100 g de Espinacas frescas (previamente salteadas o descongeladas y escurridas)
4 cucharadas de Pesto de albahaca (casero o comprado)
1 diente de Ajo picado
Sal, Pimienta y Aceite de Oliva
Preparar el Relleno: En un bol, mezcla la mozzarella picada o rallada, las espinacas escurridas y picadas, el ajo picado, y 2 cucharadas de pesto. Sazona ligeramente con sal y pimienta.
Preparar el Pollo: Abre cada pechuga de pollo a lo largo con un cuchillo, como si fuera un libro, sin llegar a cortar completamente. Salpimienta el interior y el exterior de cada pechuga.
Rellenar: Extiende el relleno de mozzarella y espinacas dentro de cada pechuga. Cierra las pechugas y, si es necesario, asegúralas con palillos de madera.
Sellar y Hornear:
Sella las pechugas en una sartén con un poco de aceite (2 minutos por cada lado) hasta que estén doradas. Esto ayuda a mantener los jugos.
Coloca las pechugas selladas en una fuente para horno. Unta el resto del pesto sobre la parte superior del pollo.
Hornear: Hornea a 200°C (400°F) durante 20-25 minutos, o hasta que el pollo esté bien cocido y la mozzarella se haya fundido.